LA MOTIVACIÓN COMO MOTOR DE AVANCE O SEÑAL DE CAMBIO
No hay alimento más determinante para el avance de cualquier ser humano que su determinación, sus ganas de hacer, de construir, de mejorar, de compartir…
Qué frágil podemos llegar a sentirnos cuando esa motivación se desvanece o se difumina. ¿Quién no lo ha sentido alguna vez?
¿Qué hacer entonces? Revisemos. Pensemos si esa falta de motivación es una señal clara e inequívoca de no estar en el camino adecuado o, si por el contrario, sólo nos encontramos ante un momento de fatiga en el camino.
Y ustedes me dirán… ¿y cómo sé si el TASOC es mi camino? Un buen libro habla de cómo durante la vida nos cambia las motivaciones (“Dónde está mi queso”). El queso simboliza esa meta que queremos conseguir.
Pues siento decirles algo. Ese queso cambia. Quizá sea tierno, o semiduro, en lonchas, rayado,…
Con vuestra edad casi no empiezo la carrera de Trabajo Social. Estaba tan metida en el mundo de las artes marciales que quería ser policía nacional. Opté por la carrera pero…. me gustó demasiado. Y empecé a trabajar de lo que entendí que era mi vocación. Pero el mundo de lo social terminó por quemarme. Vi y viví tanta pobreza, tanta miseria, y sobre todo, tanta impotencia, que me quemé, y lo supe. Decidí un cambio radical y me dediqué a la cooperación: dos posgrados y años intensos en la escuela de idiomas. ¿y qué pasó? Que mi dichoso queso volvió a cambiarse de sitio!! Y sentí la necesidad de transmitir lo aprendido y tener una vida estable. Nuevamente trabajo social y estudiar muy duro para ser profe, vuestra profe. Ahora digo, hoy por hoy, a pesar de todas las dificultades, que me apasiona lo que hago. ¿Por qué? Porque me permite sembrar algo en profesionales que, sigan el camino que sigan, van a trabajar con personas. No hay campo más rico, más intenso e interesante.
Así que, queridos alumnos/as, no se angustien si no están convencidos de si el TASOC es o no vuestro camino. ¡Yo creo estar en mi camino doce años más tarde e iba para policía!
No soñé de pequeña en ser profesora, de hecho lo decidí con 26 años. Lo importante, lo más importante, es que intenten ser buenos, los mejores, en todo lo que hagan. ¡No se conformen, no hagan las cosas a medias! Porque trabajar con gente siempre supone un doble compromiso: dar lo mejor de uno mismo y respetar siempre los ritmos y diferencias de cada uno.
¡Superen esos momentos de desmotivación!, ¡céntrense en todo lo bueno por hacer y aprender y no se angustien pensando si están o no en el camino adecuado. Para muchos el TASOC será un puente, para otros muchos, el camino ¡Y qué!!!
Si mi queso no hubiera cambiado tanto de sitio, no les podría hablar de las alfombras del Sáhara y la glocalización, o hablarles de realidades sociales concretas!
Lo inteligente es aprovechar al máximo ambas opciones y APRENDER!!
¡!ÁNIMO EQUIPO!!
No hay alimento más determinante para el avance de cualquier ser humano que su determinación, sus ganas de hacer, de construir, de mejorar, de compartir…
Qué frágil podemos llegar a sentirnos cuando esa motivación se desvanece o se difumina. ¿Quién no lo ha sentido alguna vez?
¿Qué hacer entonces? Revisemos. Pensemos si esa falta de motivación es una señal clara e inequívoca de no estar en el camino adecuado o, si por el contrario, sólo nos encontramos ante un momento de fatiga en el camino.
Y ustedes me dirán… ¿y cómo sé si el TASOC es mi camino? Un buen libro habla de cómo durante la vida nos cambia las motivaciones (“Dónde está mi queso”). El queso simboliza esa meta que queremos conseguir.
Pues siento decirles algo. Ese queso cambia. Quizá sea tierno, o semiduro, en lonchas, rayado,…
Con vuestra edad casi no empiezo la carrera de Trabajo Social. Estaba tan metida en el mundo de las artes marciales que quería ser policía nacional. Opté por la carrera pero…. me gustó demasiado. Y empecé a trabajar de lo que entendí que era mi vocación. Pero el mundo de lo social terminó por quemarme. Vi y viví tanta pobreza, tanta miseria, y sobre todo, tanta impotencia, que me quemé, y lo supe. Decidí un cambio radical y me dediqué a la cooperación: dos posgrados y años intensos en la escuela de idiomas. ¿y qué pasó? Que mi dichoso queso volvió a cambiarse de sitio!! Y sentí la necesidad de transmitir lo aprendido y tener una vida estable. Nuevamente trabajo social y estudiar muy duro para ser profe, vuestra profe. Ahora digo, hoy por hoy, a pesar de todas las dificultades, que me apasiona lo que hago. ¿Por qué? Porque me permite sembrar algo en profesionales que, sigan el camino que sigan, van a trabajar con personas. No hay campo más rico, más intenso e interesante.
Así que, queridos alumnos/as, no se angustien si no están convencidos de si el TASOC es o no vuestro camino. ¡Yo creo estar en mi camino doce años más tarde e iba para policía!
No soñé de pequeña en ser profesora, de hecho lo decidí con 26 años. Lo importante, lo más importante, es que intenten ser buenos, los mejores, en todo lo que hagan. ¡No se conformen, no hagan las cosas a medias! Porque trabajar con gente siempre supone un doble compromiso: dar lo mejor de uno mismo y respetar siempre los ritmos y diferencias de cada uno.
¡Superen esos momentos de desmotivación!, ¡céntrense en todo lo bueno por hacer y aprender y no se angustien pensando si están o no en el camino adecuado. Para muchos el TASOC será un puente, para otros muchos, el camino ¡Y qué!!!
Si mi queso no hubiera cambiado tanto de sitio, no les podría hablar de las alfombras del Sáhara y la glocalización, o hablarles de realidades sociales concretas!
Lo inteligente es aprovechar al máximo ambas opciones y APRENDER!!
¡!ÁNIMO EQUIPO!!
¿ Gracias , Gricel ! yo también leí ese libro y me ayudó mucho
ResponderEliminarGracias, existen momentos en la vida que cada palabra que te den es una mano que te ayuda a continuar adelante y creo que la necesitaba realmente en este preciso momento
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